«Hoy en día la gente conoce el precio de todo y el valor de nada.»

Oscar Wilde

Decenas de carreras cada fin de semana, precios desorbitados, organización de eventos  que dejan mucho que desear… Últimamente en el deporte (y sobre todo en el running) parece que todo vale. Y no hablamos ya del hecho de correr con un dorsal de otra persona o incluso correr sin dorsal. ¿Sabes las consecuencias que puede tener si te pasa algo en carrera? ¿Sabes que el coste de ambulancia, servicio médico y hospital correrían a tu cargo?

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Por lo que hay que andar con mucho cuidado al hacer «tráfico de dorsales», porque lo que al principio parece una tontería («No va a pasar nada, te doy mi dorsal y corres tú») se puede convertir en pagos de asistencia médica, pago de traslado a hospitales e incluso pago de servicio de rescate de helicóptero si se trata de algún trail.

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Algunas carreras ya han comenzado a penalizar sin poder volver a inscribirse a personas por cesión de dorsales. Quizás con el dinero y las penalizaciones sea la única manera de conseguir que el deporte recupere el respeto que se merece.

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Viñeta @72kilos

Porque, desde nuestro punto de vista, el deporte es mucho más que salir a dejarte los pulmones en una carrera, es más que superar tus mejores marcas o incluso que conseguir podiums. Para nosotras el deporte es compañerismo, ilusión, superación,… Pero sobre todo es respeto.

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Foto @imagehuntersphotography

Y por si fuera poco los valores del deporte en las últimas semanas se han visto manchados por culpa de algo insólito, en concreto por dorsales en reventa a 300 euros. ¿En serio? Vale que muchas personas no esperábamos que las inscripciones para el Maratón de Valencia se acabaran dos meses antes, pero de ahí a «trapichear» de esa forma ¡va un mundo! 🙁

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Foto @hastphoto

Y claro, con la ley de la oferta y la demanda, alguien ha decidido llenarse los bolsillos a costa de los sueños, el esfuerzo (y la desesperación) de los demás… No tenemos calificativos para ese tipo de gente. Realmente debemos parar a reflexionar y denunciar a las personas que le pierden el respeto a este tipo de acciones para ganar unos «eurazos».

Un deportista de verdad no regatea con los sueños de la gente para enriquecerse. Un deportista de verdad ayuda a cumplir sueños, a sacar sonrisas, a querer que otras personas disfruten con lo que le hace feliz.

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Foto @imagehuntersphotography

Por eso deberíamos ser más empáticos y pensar más en los demás, no solo en uno mismo y en su economía. Deberíamos ser deportistas en su significado más amplio, con todos los valores que el deporte tiene.

Porque si amas el deporte serás responsable y respetuoso.

Y aunque tu bolsillo esté vacío

Siempre serás rico de alma… y corazón.

Juntas es Mejor