«Ningún mar en calma hizo experto a un marinero» Cristina Medina
Estos días de lluvias hacen que últimamente la gente esté, por lo general, un poco gris. Parece que el clima nos afecta más de lo que nos gustaría. Igual que la luz y el calorcito veraniego hacen que cunda más el día y tengamos más energía ahora ha llegado una época más «nublada».

El otro día leímos una cosa muy curiosa, cuando llega el invierno aparece el llamado trastorno estacional, lo que los ingleses llaman por sus siglas: «SAD» (Seasonal Affective Disorder) y curiosamente «SAD» significa triste. Por lo que…»blanco y en botella… leche». Jejeje

Cuando llega el frío y las tormentas la motivación cuesta de mantener. Y es entonces cuando comienzan a faltarnos las fuerzas, nos vence la pereza e incluso muchas veces las cosas no salen como esperamos. Los constipados y las lesiones acechan a la vuelta de la esquina y eso en la vida de cualquier deportista es ¡fataaaaaaaaal!

Igual que os contábamos en «Montaña rusa para valientes«, debemos ser conscientes de que no todos los días brilla el sol. No podemos estar siempre de vacaciones, en bikini y con nuestro mojito en la playa.

No podemos hacer siempre nuestras mejores marcas y tener buenas sensaciones. En la vida también pasamos épocas de verdaderas tormentas, de esas que muchas veces no sabes si serás capaz de soportar.
¿Has bajado el rendimiento en tus entrenamientos de repente sin explicación? ¿Te has lesionado o enfermado en tu mejor momento? ¿Te toca hacer encaje de bolillos con el trabajo y la familia para salir a entrenar? e incluso hay veces que viene todo junto.

Pero ¿sabéis qué? ¡Que no cunda el pánico! que como dice el señor Alejandro Sanz: «Después de la tormenta siempre llega la calma» y tiene su razón. Porque las tormentas remueven todo, nos dan algo de susto pero también son necesarias para la vida.

Enseñan que no hay que esconder la cabeza bajo el suelo ante los problemas, la tormenta hay que mirarla de frente, sino nunca pasará. Hay que aferrarse a nuestros rayos de sol (amigos/as, familia, pareja, entrenador/a…) que siempre están, pero que se nos olvidan entre tanta nube.

Ilustración de Agustina Guerrero
Nuestra gente bonita nos ayudan a resurgir y recuperar las ganas, la energía y la ilusión de antes… e incluso pueden devolverte las fuerzas para conquistar el mundo de nuevo. Y hacerte ver que esos pequeños obstáculos que la vida se empeña en poner en tu camino… esos que ayer te hacían ver todo de color gris… quizás eran para hacerte más fuerte.

Disfruta del sol y aprende de las tormentas
Y recuerda que nada dura eternamente…
excepto la sonrisa con la que debes afrontar la vida 🙂
Juntas Es Mejor

He de daros las gracias y decir: Me encanta!!!! Así es la tormenta no es eterna, pero la sonrisa si puede y debe serlo, todo depende de ti.
Gracias!
Hay días que son tormenta y otros calma, esta montaña rusa de vida hay que saber surfearla. Eres especial te lo habíamos dicho alguna vez? <3 <3