«La tensión es quien crees que deberías ser. La relajación es quien eres»

(Proverbio chino)

Seguro que alguna vez habéis dicho eso de: «Uno, dos y tres, cuatro, cinco, seis. Yo me calmaré, todos lo veréis.» Y es que hoy en día tenemos que respirar bien profundo antes de actuar frente a algunas situaciones. Y no hablamos ya de pensar lo que vamos a decir antes de hablar… y mordernos la lengua para no ser el típico «bocachancla» de libro.

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Y es que en este mundo de locos es imprescindible el buen equilibrio mente-cuerpo. Debemos saber canalizar las malas energías y transformarlas en buenas. Porque ya puedes tener las mejores condiciones y entrenar como el mejor atleta del momento que si hay algo que te afecta a nivel mental… no ganarás ni a las canicas.

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Saber encontrar el punto perfecto entre tensión-relajación es la clave. A veces nos empeñamos en muscular, hacer series, practicar la técnica, hacer dieta… pero nos olvidamos de trabajar nuestra mente. Queremos entrenar como «pros», «jugamos a ser élite» en muchos aspectos, pero sin preocuparnos de algo tan esencial como es la concentración.

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Todos conocemos los típicos casos de deportistas que no llevan bien la presión. Un saque de tenis o un tiro libre en baloncesto pueden ser las peores pesadillas de grandes deportistas de éxito.

Porque, de sobra sabemos (aunque no mucha gente haga caso) que el descanso (y sobre todo la relajación) es primordial para un buen rendimiento diario. Paraos a pensar cuántos deportistas de élite utilizan el yoga y la meditación como complemento de sus rutinas diarias.

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Por suerte, estas prácticas han dejado de ser una moda pasajera y han pasado a ser filosofía de vida y parte del plan de entrenamiento de muchos atletas. Por fin la sociedad se ha dado cuenta de la gran importancia del «relax» del cuerpo y la mente en nuestro día a día.

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Así que la cuarta (y última semana) de #MeRetoTeReto consiste en aprender (o entrenar para los motivados) a relajarse. Y como símbolo de ello vamos a dedicarnos a hacer el saludo al sol cada mañana.

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Aquí os dejamos la secuencia para que no tengáis que recurrir a la excusa de «es que no recuerdo qué paso va primero y cuál después», os lo damos «mascaito» 😉

De paso estaremos estirando y preparando nuestro cuerpo para empezar cada día de la mejor manera posible: con ejercicio. Y recuerda que si en algún momento te sacan de tus casillas (o tu paciencia llega a su límite) cierra los ojos y cuenta hasta diez mientras respiras profundamente. Estarás aprendiendo a meditar sin apenas darte cuenta.

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Así que cuida tu mente.

Porque cuando te fallen las fuerzas

ella puede convertirse en tu mejor aliada.

Juntas Es Mejor

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