«No busques a alguien que resuelva todos tus problemas, busca a alguien que no te deje enfrentarlos solo» Anónimo

Cuando vienen rachas «no muy buenas» siempre sale a relucir lo mejor de nuestro entorno. No nos referimos a que a nuestro paso se reparta purpurina y hayan arcoiris de colores así, sin más, cual película pastelona de sábado tarde.

Nos referimos a que nuestro entorno saca las garras por nosotros, se colocan sus escudos de combate y se visten de gala con sus capas de super héroes, ésas que hacen que a ti se te vaya cualquier atisbo de tristeza.

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Y es que, a veces, no somos conscientes de la suerte que tenemos con nuestra gente, menospreciamos el día a día, los apoyos cotidianos, los esfuerzos de nuestros padres, amigos y entrenadores, quizás porque nos centramos solo en nosotros.

Dicen que los humanos somos egoístas por naturaleza, que tan solo pensamos en nuestro propio beneficio. Así que no nos fijamos en los pequeños gestos, en las cosas que realmente importan, en los detalles que nos regala la vida cada día.

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Pero no os preocupéis, el universo ya se encarga de que te des cuenta, por las buenas o por las malas. Te pone situaciones que te hacen ver la verdadera riqueza que posees.

Hay cosas que no se pueden obtener de nadie más que de la gente que nos quiere <3 y son esas cosas las que no tienen precio. Nos referimos al apoyo incondicional, al respeto, la confianza y el reconocimiento. Todos ellos tan importantes en la vida como en el deporte.

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¿Habéis pensado alguna vez qué sucedería si durante el recorrido de una carrera, todo el tiempo de un partido o todos los asaltos de un combate tuviéramos el apoyo de nuestra gente bonita?

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¿Qué pasaría si por llegar el último no sintieras fracaso sino orgullo? Orgullo propio y orgullo de las personas que te esperan con un abrazo en meta, la mejor recompensa que puedes recibir aunque no quede nadie más.

Muy fácil… que de repente nuestro corazón transformaría ese amor incondicional en energía supersónica. Energía de ésa que te lleva hasta el infinito y más allá, que te hace llegar más «lleno» aunque no seas el más rápido y que te hace sentir más y, sin duda, sentir mejor.

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Porque cuando sientes el apoyo de tu gente bonita te crees capaz de cualquier cosa. Nadar en el mar, hacer tu primera carrera o escalar cualquier monte se convierten en locuras posibles. Sin duda alguna, cuando la gente a la que quieres confía en ti, algo crece en tu interior de manera proporcional al amor de esas personas. Es como si su energía recargara tus pilas 😉

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Al fin y al cabo la energía se transfiere y se transforma, ¿verdad? Ahora piensa en ese reto que siempre ha rondado por tu cabeza y piensa en toda la gente que cree en ti, que te transfiere esa energía positiva. En tus manos está transformarla para hacer tus sueños realidad. 

Así que fíjate en los pequeños detalles

cárgate de las buenas energías que te envuelven cada día

y exprime la vida al máximo

Juntas Es Mejor

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