«¿Dónde estás? Aquí. ¿Qué hora es? Ahora. ¿Qué es? Este momento » (Anónimo)

Seguro que más de una vez habéis rogado que el día tuviera más horas o que se parara el reloj de golpe. Y es que si se pudiera comprar el tiempo más de uno nos quedaríamos sin ahorros ¡jajaja!

Seguro que alguna vez habéis tenido la sensación de necesitar un respiro, de desaparecer, de hacer un «kit kat» y detener el tiempo. Y es que vivimos mirando el reloj constantemente.

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Nos da rabia hacer colas en el súper, que el delante de ti camine muy lento y no puedas adelantarlo, nos da rabia tener que apagar el móvil en el avión y estamparíamos el ordenador cuando tenemos que esperar más de 2 segundos para que cargue una web. Esa pérdida de tiempo nos pone… ¡a parir! De esa ansia de inmediatez no se libra nadie.

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Hasta los más peques de la casa tienen la semana colapsada: ballet los lunes, inglés los martes, natación los miércoles,… Y así «sobrevivimos» en una sociedad cada vez más estresante, donde cada vez hacemos más cosas pero las disfrutamos menos.

Vivimos conectados al «tengo que», «debo ir a», «no llego a»… y en muchas ocasiones eso crea un estado de ansiedad y aceleración que ni la Ley de Newton. No escuchamos lo que la gente nos dice porque nos quita tiempo y nuestra cabeza siempre anda a 1000 revoluciones.IMG-8706

Personalmente la actividad física nos ayuda mucho en esos momentos de desconexiónpara relajarnos y liberar tensiones,… porque sino a más de uno habríamos tirado por el «barranquillo» seguramente alguna vez ¡jejeje!

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Pero hasta en esos momentos nos hemos visto haciendo entrenamientos mirando el reloj constantemente para no «pasarnos» de la hora. O hemos metido prisa a nuestros sobrinos para que se cambiaran rápido en la piscina porque no había tiempo de más.

O quién no ha llevado a su hijo al parque pensando (a la vez que miraba el móvil): «Vaaaaaaaaaaaa que acabe rápido de tirarse por el tobogán que tengo mil mails que contestar» 🙁

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Pues sí, llega un punto que hasta los entrenes nos saturan, se convierten en una carga más junto al trabajo, atender a la familia, a los amigos, las competiciones, la casa, la compra… y todo eso que nos debería dar felicidad y liberación se convierte en «marrones para nuestra cabeza».

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Y es en ese punto donde debemos parar, respirar y priorizar. Porque ¿no os suena eso de que quien mucho abarca poco aprieta? Quizás debemos dejar a un lado las mil horas muertas que pasamos en redes sociales, en internet, en pensar qué pasará o qué no y salir a disfrutar de lo esencial: la vida.

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Date un paseo, prueba a hacer una postura o dos de yoga aunque parezcas un pato mareado, sal de tu zona de confort subiendo una montaña inmensa, regala tiempo a tu madre, a tu hijo… a ti.

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Porque a veces de tanto darle tiempo al tiempo…

Se nos va la vida.

Así que tómate tu tiempo

porque tu tiempo es… tuyo

y disfruta 🙂

Juntas Es Mejor

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