“Quizás las cosas más sencillas sean las que más cuesta ver. A veces, uno tarda en ver lo que tiene delante de las narices”

Murakami

Nos compramos las mejores zapatillas, la bici último modelo y hasta los calcetines a juego para no desentonar. Vale, sí, a todo el mundo le gusta ir a la moda y “adornarse” para sentirse cómodo con su apariencia personal.

Postureo Runner

Es verdad que lo que reflejamos al exterior dice mucho de cómo somos en nuestro interior. Es lo que el resto de personas ven de nosotros, la imagen que proyectamos y de ella depende muchas veces hasta nuestro próximo trabajo.

Así que nos dedicamos a aparentar que tenemos dinero vistiendo ropa cara y nos obsesionamos con tapar las canas cada mes para que piensen que nuestras mechas californianas son naturales. Sí, sí, del mismo barrio chungo de siempre porque es donde las hacen más baratas.

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Claro que nos gusta gustar, claro que no queremos hacer creer que somos pordioseros. Pero si empezamos a actuar presos de miedos e inseguridades puede convertirse en un problema. El qué dirán y el miedo al rechazo hacen que a veces pensemos que debemos ser más guapos, más ricos y hasta más altos.

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En el deporte se traduce en querer correr a 4 para ser aceptado en el grupo “pro”, obsesionarnos con saltar más alto y apuntarnos al gimnasio del que hablan todos los «influencers» de tu ciudad.

Salimos con nuestro uniforme fosforito a correr mientras nos reímos del típico «abuelete» con la camiseta de la Volta a Peu del año 96. Bueno… nos reímos hasta que ese mismo abuelo es el que nos quita las pegatinas pasándonos como un cohete.

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Porque… ¡Ojo con los nuevos deportistas! que tienen más peligro que una caja bombas. Desde aquí deciros que no vale llegar de nuevas y burlarse de la gente que lleva años, se esfuerza y que el deporte ha sido toda su vida.

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Hay que tener la sencillez y la humildad suficientes como para aceptar quiénes somos y cuál es nuestra posición en cada momento. La gente que se acepta (a todos los niveles) también sabe aceptar a los demás. La sencillez te hará ver y tratar por igual tanto al rey de España como a tu vecina del tercero.

La sencillez te aporta seguridad porque es un síntoma de autoaceptación. Y no solo a nivel exterior debemos aceptarnos. ¿Quién no ha tapado alguna vez un rasgo de su personalidad por miedo al rechazo? Mostrarnos tal cual somos a veces nos hace sentir vulnerables.

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Por eso, no temas preguntar cuando no sabes cómo se cambia la rueda de la bici, no te sientas ridículo cuando alguien dice «palabros» técnicos y tu cara es un cuadro, directamente dile que te hable con más sencillez.

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No temas preguntar cuando inicias algún deporte, seguro que te encuentras muchos «enteraíllos» pero también hay muchas otras personas de las que puedes aprender más de lo que imaginas.

Así que derrocha sencillez siempre que puedas.

Y exprime, en cada momento, tu capacidad de aprendizaje 😉 

Juntas Es Mejor

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