“Todo el mundo trata de realizar algo grande, sin darse cuenta de que la vida se compone de cosas pequeñas”. Frank Clark

Una canción que no esperas, una nota con un “te quiero”, una foto especial, un mensaje de ánimo, una sonrisa a tiempo… pueden ser buenos ejemplos de que las cosas pequeñas pueden ser muy valiosas y muy grandes.

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Y es que nos empeñamos en tener y amontonar cosas materiales, en poseer más y más cuando realmente la felicidad, la ilusión, la amistad y el amor no se compran con dinero.

¿Para qué quieres una gran casa en la ciudad? Imagina una pequeña casa de campo y todos sus detalles: el entorno, los sonidos, los recuerdos y hasta los olores. Esos olores y esos recuerdos que nos demuestran que no se trata de dinero… se trata de emociones.

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¿Quién no ha olido el cocido que hacía su abuela sin retornar a su infancia por un segundo? O quizás el ruido de una bici vieja que te recuerda a la de aquel campamento…

(¡Sí… somos nosotras con nuestras bicis! jejeje)

Pero a día de hoy, nos estamos volviendo cada vez más superficiales, más banales… menos emocionales (y «emocionables») 🙁

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Nos ha tocado “sobrevivir” en una época donde importan más los “Likes” que lo que transmites en tus publicaciones. Y sobre todo tienes que “aparentar”… aparentar que eres rico, que eres feliz,… y hasta debes poner en tus fotos que son #SinFiltros porque al parecer todo el mundo los pone.

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Y el deporte tampoco no se queda atrás: Ironmans, Ultratrails,… Cada vez con más desnivel, más kilómetros, más rápido, más fuerte, más… y más… Así que cuando haces deporte también hay que aparentar diciendo: “Hoy salida suave de 300km de bici con los amigos” (A 50km por hora si puede ser).

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¿Dónde han quedado esos almuerzos obligatorios (con carajillo incluido) que nos dejaron como legado nuestros abuelos? O salir a caminar por la montaña para coger caracoles, espárragos,… y robar alguna naranja de paso ¡jajaja!

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Ahora confiesa… ¿sonríes de verdad cada día? Porque una investigación realizada en una de esas universidades (que lo saben todo jeje) dice que una hora de risas puede quemar tantas calorías como 30 minutos levantando pesas… ¿Quién no lo cambia? 😉

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¿Y qué nos decís de saltar en la cama o bailar como si no hubiera un mañana tu canción favorita? Esas “pequeñas cosas” pueden ser mejores que cualquier sesión de gimnasio… y nosotras empeñadas en hacer abdominales ¡jejeje!

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Y es que la vida no viene con un manual de instrucciones, hay que tener experiencias, vivirlas, aprender de ellas, mejorar y pararse a reflexionar.

Por eso párate por un momento a pensar todo lo bueno que tienes en tu día a día y que te hace feliz: la sonrisa de un ser querido, un abrazo, un «gracias», unas risas con amig@s y deja que la vida te sorprenda.
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Porque, a veces, nos paraliza el miedo, la vergüenza o la inseguridad y por no arriesgar…¡Nos perdemos muchas cosas que merecen la pena! 😉 Así que…

Emociónate, grita, canta en la ducha, baila bajo la lluvia,… y como dice la canción: «Abre tus ojos, mira hacia arriba, disfruta las cosas buenas que tiene la vida.»

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Disfruta de tu gente bonita <3

Disfruta de las cosas sencillas 😉

Y no podrás evitar sonreír cada día 🙂

Juntas Es Mejor

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PD: Algunas de las fotos de este post son de nuestra querida Mª Jesús (Enfoque) <3