«Si piensas que la aventura es peligrosa, prueba la rutina. Es mortal»
Paulo coelho
Tienes trabajo, pareja, una bonita familia, salud,… pero aún así no eres totalmente feliz. La rutina, el día a día, es como una losa que cargas sobre tus hombros. Vives en tu zona de confort y necesitas un cambio.
Es como esas zapatillas que te resistes a tirar porque con ellas corriste tu primera carrera. Ya están cedidas, tiñosas e incluso con agujeros. Pero son tan cómodas que hasta dormirías con ellas puestas y sobre todo te aportan tanta seguridad que con ellas te crees capaz de cualquier cosa.
Por eso te resistes a probar unas nuevas. Porque ¿y si no son cómodas o no te dan los resultados que esperas? ¿Y si no encuentras unas de tu color preferido?
Tu zona de confort son esas zapatillas… “LAS ZAPATILLAS”. Te da miedo cambiar, probar cosas nuevas, arriesgarte… al fin y al cabo así no se está tan mal.
Pero a su vez dentro de ti sientes un “come-come”, un «run-run» o como quieras llamarlo, que te dice que debes mover ficha. Algo en tu interior no se conforma, necesitas crecer, necesitas avanzar, algo te empuja a desplegar tus alas para volar.
Porque si lo piensas, realmente la vida está llena de nuevas oportunidades cada día: nuevos proyectos, nuevos retos, nuevas emociones, nuevas personas, ¡¡incluso nuevas zapatillas!!
Y un día de repente se te cruza una cosa, una persona o una idea que te hace pensar que puedes. Que puedes cambiar de trabajo, que puedes aprender nuevas habilidades o puedes hacer esa carrera que no se te habría ocurrido ni en tus mejores sueños. En ese instante tienes que dar un salto al vacío sin saber si habrá una red… si habrá agua… o tal vez fuego y espinas…
La mayoría de gente te dirá que te atrevas, que salgas de tu zona de confort, porque mira que es fácil aconsejar a los demás ¡eeeeehhhh! Pero cuando eres tú quien tiene que decidir no es tan bonito, ¿verdad? Así que prepárate para dudar. Porque seguramente cuando por fin te atrevas a cambiar te asaltarán las dudas en muchos momentos: con lo bien que estaba, quién me mandaría a mí, si pudiera volver a lo de antes…
¿Quien dijo que «más vale malo conocido que bueno por conocer»? Ese seguro que se perdió muchas cosas emocionantes en su vida. Seguro que nunca se puso unas zapatillas con calas en la bici, ni fue a nadar un martes al amanecer y ni mucho menos era maratoniano.
Y cuando superas tus miedos y haces tus sueños realidad te da tanta seguridad en ti mismo que te sientes capaz de comerte el mundo, te crees invencible. Entonces no hay montaña imposible de escalar, ni muro imposible derribar, ni mar imposible de atravesar.
En ese momento es cuando cobra sentido la letra de Rosana que dice que «imPOSIBLE le sobran dos letras». Porque, si en algún momento piensas lo contrario, serás incapaz de crear, de soñar, de vivir… Y gran verdad es que los seres humanos somos capaces de dar lo mejor de nosotros mismos, de sacar a relucir toda nuestra ilusión. Eso sí, siempre debemos creer y crear lo inimaginable.
Así que arriesga, salta al vacío
porque a veces se gana y a veces se aprende
pero sea como sea… seguro que vale la pena 🙂
Juntas Es Mejor
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